2017/12/10

PRECIO JUSTO Y JUSTO PRECIO

Será Gabino de Lorenzo, ex alcalde de Oviedo y actual Delegado del Gobierno, ingeniero de minas pero no desmerece en absoluto como mago de las palabras, como se verá.

Toda la oposición se escandaliza de que haya manifestado que lo que se pagó por el palacete de Villa Magdalena es el precio justo.

Sirva preludiar, como antecedente, que siendo alcalde Gabino de Lorenzo, el consistorio ovetense expropió Villa Magdalena por una cantidad inicial que no llegaba a tres millones de euros, pero algún despiste administrativo se produjo al no consignar las cantidades precisas o quizá falta de numerario en un momento determinado o a lo mejor querer aprovecharse de la posición de dominio como administración pública, el caso es que después de tiempos y pleitos el Ayuntamiento resultó condenado a pagar sesenta millones de euros.

Juega Gabino hábilmente con las palabras. Es posible que en el origen precio justo, justo precio y su unificación 'justiprecio' fueran lo mismo, pero las palabras y los precios rodaron y ya no son lo mismo. Justiprecio es el precio que se paga al expropiado en compensación por el bien del que se le priva. La idea es que el precio sea justo o equilibrado, de acuerdo con determinados criterios, aunque en general el administrado tacham, con bastante acierto, de rácana a la administración expropiante.

En el caso de Villa Magdalena, hay consenso generalizado (excepto en el Partido Popular reinante entonces) en admitir que el precio es más exagerado que justo, pero Gabino de Lorenzo miente solo un poco al decir que se pagó el precio justo cuando en realidad fue el justiprecio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los ovetenses no necesitan dinero para fines sociales, por eso les da igual pagar ocho que ochenta del dinero público, por muy justo que sea el precio. En otros sitios detraen el dinero para hacer un aeropuerto del que no salen ni entran aviones, en otros sitios hacen pabellones para una Expo y luego los dejan abandonados sin saber darles utilidad y así ganan los políticos y los constructores con el dinero público, que no es de nadie. ¿O sí? O se dejan abandonadas las obras de Valdecaballeros por la moratoria nuclear. Y así.