2014/09/30

COPIAR Y PEGAR

Se criticaba estos días el plan urbanístico de Llanes por plagiar libros de texto, informes y hasta el Wikipedia.


Si copiaron libros de texto no informatizados y la Wikipedia, tienen su mérito porque es señal de haber explorado tanto los tradicionales medios físicos como los digitales, prestigiosos unos, desprestigiados otros,  sin renunciar a ninguna fuente.

Quizá porque es un método que utilizas con frecuencia te parece perfecto, siempre que copiar no sea fusilar de cabo a rabo. No obstante, si se machaca una pieza insuperable y se cita la fuente ¿qué demérito hay en ello? ¿Para qué pensar nuevamente lo que otros pensaron antes y bien?

Los autores del plan urbanístico se pondrían delante de la pantalla, buscarían, copiarían, pegarían y le darían un toque. Mal hecho si olvidaron esta última fase.

Lo mismo tuvieron que hacer los que descubrieron el truco: habrán copiado párrafos de un plan cualquiera, lo pegarían en el navegador y esperar a ver qué sale. En unos casos remitiría a Wikipedia, en otros a otro plan de otro alejado municipio.

¿Qué hacemos los demás cuando se nos plantea un caso nuevo? Preguntar y, si nos vale, copiar adaptando o sin adaptar.  


2014/09/29

CATALÁN, UN HOMBRE DESTACADO

(Es necesario iniciar esta entrada con un  paréntesis para no ferroviarios: en otro tiempo era habitual que por desajustes de plantillas u otras causas, hubiera muchos operarios que trabajaban fuera de su residencia oficial, con lo que se devengaban dietas. Estas dietas eran un chollo si el lugar de destacamento era próximo al domicilio y una faena si el destacamento se producía fuera de la provincia o requería contratar alojamiento, pero en Asturias los desplazamientos son generalmente cortos y eran una bicoca).

Ya te habías olvidado totalmente de aquellas frases y de aquella época, pero a la hora del pésame te recuerda su hija cuánto te metiste con ella a cuenta de que su padre pasó mucho tiempo destacado. Se lo tuviste que decir muchas veces porque en los tiempos de la adolescencia y primera juventud tu hermana y ella pasaron muchos ratos juntas y tú merodearías para lanzar esas pullas que tanto te gusta(ba)n.

En otros tiempos eras un asceta y un purista y si la plataforma sindical decía que había que terminar con los destacamentos, tú aplaudías a pies juntillas. Tu ingenuidad te costó algún contratiempo por ese motivo. Por esas vueltas de tortilla de la vida, no mucho años después conseguiste una plaza que te permitió cobrar destacamentos una larga temporada muy cerca de casa ¡pero lo tuyo sí estaba justificado, faltaría más!

Durante un tiempo esa era la faceta que conocías de Catalán: que ESTABA destacado. Sin embargo, a no tardar tuviste la fortuna de trabajar con él en varias estaciones y en el roce diario y profesional te diste cuenta de que ERA un hombre destacado: de los que no se echaba para atrás hiciera frío o calor, estuviera a punto de llegar el relevo o a mitad de la jornada, serio, formal, prudente, cumplidor, y cuando se trabaja alrededor de la circulación, de las agujas, de las maniobras y de los trenes, eso es básico.

Además, jovial. La vida fue justa con él dándole el premio de una larga jubilación.


Descanse en paz.



2014/09/27

LA DIMISIÓN DE GALLARDÓN, EL ABORTO, LOS PRINCIPIOS, LOS INTERESES YLAS CONVENIENCIAS

Dimitió de su cargo de Ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón en desacuerdo con la decisión del presidente del Gobierno de retirar el proyecto de ley de modificación de la ley del aborto.

Los detractores del PP criticaron la dimisión, como también la medida del presidente, pero también pondrían en solfa a Gallardón si le retiran la ley y él siguiera en el gobierno. Sin embargo, en esto estás con Gallardón: se sintió desautorizado en un punto sustancial del programa electoral y de su ministerio (no bromear con esto) y dimitió. No lo admite ahora pero sí más adelante, y bastante antes de la publicación póstuma de sus memorias.

Es inaceptable el motivo alegado por Rajoy: que sería una modificación llamada a ser retirada en cuanto se produzca la alternancia en el gobierno. Es cierto que el aborto es un asunto crucial y límite, necesario del máximo consenso, pero si seguimos esa pauta quedaríamos abocados al inmovilismo jurídico porque cualquier ley puede ser cambiada por la mayoría entrante.

El aborto no es un asunto baladí. Por suerte, nunca te vas a ver en la necesidad ni en la conveniencia de abortar y ojalá nadie de los tuyos. La ideología progresista está claramente a favor del aborto: del aborto libre y gratuito, por seguir con la clásica proclama. Es una cuestión que se juega entre los principios y las conveniencias. Admites, siempre que la actuación sea casi inmediata, la interrupción del embarazo en caso de violación. Sin embargo, estás en contra de la llamada indicación social o aborto por extrema necesidad económica, al menos en las sociedades occidentales. Las malformaciones del feto son capaces de arruinar la vida de unos padres y de una familia entera pero en todos los casos te planteas graves cuestiones esenciales ¿la vida comienza el día 0 (cero)? ¿ el cinco? ¿ el ochenta? ¿el ciento cincuenta? ¿el ciento cincuenta y uno¿ ¿ el doscientos diez? ¿el doscientos once? ¿puede la mujer disponer libremente y sin consecuencias de lo que alberga dentro de sí hasta el mismo momento del corte del cordón umbilical? ¿hasta tres días antes? ¿hasta quince días antes?

En este como en tanta otras facetas de la vida nos movemos entre los principios y los intereses y unos afectan impepinablemente a otros: los intereses hacen cambiar los principios y los principios modifican también los intereses.


Lo que piensas del aborto lo tienes clarísimo en los principios, pero también en los intereses o conveniencias o comodidades. 

2014/09/23

LA DESCONOCIDA ESTRATEGIA DE PEDRO SÁNCHEZ

La Nueva España redujo radicalmente los contenidos en abierto, por lo que es inútil reproducir la entrevista ¿o no fue una entrevista? preparada a/con José Manuel Velasco, Presidente de la Asociación de Directivos de Comunicación (los famosos Dircom), que suma un punto por ser descendiente de Parana y suma/resta por haber sido Dircom en Renfe.

Los Dircom están ahí, manejan un gran poder, pero su credibilidad es mínima, según tú lo ves.

De entre todas las vaguedades, te llama la atención una respuesta, alguien dirá que sacada de contexto, pero poco más contexto hay.

-         P.- El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, llama a un programa televisivo considerado de perfil bajo y se monta el gran lío. ¿Hizo lo correcto?
-         R.- Tendría que conocer si realmente hay una estrategia detrás.


O sea que a bote pronto no se puede saber si estuvo bien o mal. Si fue una ocurrencia de Pedro Sánchez estuvo mal. Si partió de sus asesores, o mejor, de su Dircom, estuvo perfecto. No te parece que sea el mejor criterio. El secretario general hizo lo que pudo, o lo que Podemos, al fin y al cabo el voto del fango vale tanto como el de Gustavo Bueno.

2014/09/18

EL LOBO ESTEPARIO, de Herman Hesse

Seguramente dejaste escrito por aquí hace unos meses que El lobo estepario, de Herman Hesse fue unos de los libros de referencia de Gabriel García Márquez y así lo cuenta en sus memorias Vivir para contarla. Le cogiste por la palabra.

Lo habías leído hace muchos años, quizá cuando tenías dieciocho, o a lo mejor veintitrés. En cualquier caso no es lo mismo a los dieciocho que a los veintitrés que próximo ya a los sesenta. ¿Qué recuerdas de aquella lectura? Nada. Simplemente el título y la imagen que todos nos formamos de un ser asocial. ¿Qué idea tendrás dentro de un año? La misma. ¿Para qué leer si casi todo caerá en el olvido? Quizá la razón esté en el imperceptible casi.

El libro merece variados comentarios y matices.

Al principio te costó centrarte. Más tarde te despreocupaste de la idea de conjunto y disfrutaste paso a paso, partido a partido, como dicen algunos entrenadores. Comenzaste la lectura un tanto despreocupado porque el libro comienza, como otros muchos, con un Prólogo del editor. En la idea de que estás leyendo el clásico prólogo, no necesitabas silencio de fondo y llevas un buen número de páginas cuando te percatas de que el tal Prólogo del editor es el primer capítulo del libro, a cargo, por lo tanto, de autor. Tienes que volver al principio y releer con ascetismo, por si te habías perdido algo capital para el entendimiento de la trama.

La estructura del libro te resultó un poco liosa. El tal prólogo del editor no es tal prólogo. De todas formas las palabras iniciales no traicionan la idea, pero cada uno lee lo que y como le interesa: Contiene este libro las anotaciones que nos han quedado de un hombre a quien llamábamos El lobo estepario, para emplear un calificativo que se aplicaba con frecuencia a sí mismo.  

Acto seguido comienzan las anotaciones propiamente dichas de Harry Haller (las iniciales coinciden con las de Herman Hesse ¿un apunte autobiográfico?) Sería el tratado del libo estepario. No tardan en aparecer distintos escenarios, donde se adentra Harry, todos con algún enigmático rótulo no siempre legible con claridad ya que a veces se requiere la imaginación activa del autor, por ejemplo, Teatro Mágico. Sólo para locos.  

Ahí se desarrollan enjundiosas escenas que hacen creer a un lector no demasiado atento, que se está contando una historia en primera persona, olvidando que se trata de un relato dentro de un relato o más, entremezclándose múltiples planos en el espacio y en el tiempo, en la realidad y en los sueños hasta el punto de acabar olvidando si habla un autor despierto o uno sonámbulo, un espejo o un personaje, un Goethe resucitado o un impostor, un sensible Mozart o un racional estudioso de los pentagramas y los acordes.

El lobo estepario es una de las múltiples personalidades del Harry Haller, un perfil que no te queda claro si  se fue labrando el autor, buscándolo o, por el contrario, es fruto de la selección natural. Un lobo estepario a la vez conforme y disconforme consigo mismo, que requiere ayuda externa para romper el caparazón, incluso la coraza erótica. De ahí la importancia del baile, del juego de máscaras, de la desinhibición, de la música, que abre el campo del hasta entonces monocorde vivir y sentir de Harry.

“Todo el resto de mi persona, todo el restante caos de facultades, instintos y aspiraciones, lo había sentido como algo incómodo, adjudicándoselo al ser que yo denominaba el lobo estepario”. “A veces cuando bailaba mi onestep en algún restaurante de moda, entre elegantes vividores y caballeros de la industria, me veía como un traidor a todo lo que había sido siempre honroso y sagrado para mí”.

A lo largo de esta relectura te ibas imaginando con qué faceta del lobo estepario te habrías identificado entonces, y no sería la misma a los dieciocho que a los veintitrés, como no lo es ahora, treinta y tantos años después.


Con el lobo estepario, meditas ¿te queda algún sueño juvenil por traicionar?

2014/09/15

EL CONCIERTO DE VÍCTOR MANUEL EN OVIEDO

A raíz del apoyo de Víctor Manuel a la SGAE le habías puesto una cruz, pero estaba tan débilmente clavada, que poco trabajo te costó levantarla. Dejaste constancia hace meses de que el perdón primero tuvo su motivo/disculpa en la causa benéfíca subyacente: recaudar fondos para Médicus Mundi. El reciente tropezón segundo fue por no hacer ascos a unas entradas sacadas por tu hija. Ahora ya no descartas una tercera porque aunque el cambio en el repertorio sea mínimo en cada encuentro siempre se asegura alguna novedad: en algún caso son los acompañantes, en otro la forma de presentar y explicar todas y cada una de las canciones.

Era la primera vez que acudías a la Ería a un concierto. Te pareció un recinto muy adecuado.

El concierto estaba anunciado para las nueve. Faltarían quince minutos cuando entrabas en el recinto. Te quedaste a unos quince metros del escenario, de manera que podías alternar la visión en directo con la réplica ampliada de las pantallas.

Comenzó el brasileño Vaudí que al final metió al público en el bolsillo a base de corear y adivinar estribillos ta-ta-ta, ti-ti-ti, ta-ti-ta, ti-ta-ti, y otras variantes que había que pronosticar entre cánticos y risas.

Hasta las diez y media no salió al escenario Victor Manuel pero entre el animoso telonero y el protagonista pasaría media hora que se hizo larga. De vez en cuando se oían silbidos que no sabrías interpretar del todo porque los silbidos son polisémicas. Cuando las pantallas comenzaron a emitir unos anuncios publicitarios, arreciaron los silbidos, que se hicieron estruendosos al aparecer el de Coca-Cola como patrocinador o co patrocinador del evento. Resucitó para la ocasión el olvidado boicot por el cierre de la planta envasadora de Colloto.

Víctor Manuel, solo o acompañado, interpretó todas sus canciones más conocidas durante cerca de dos horas y media. Lo notaste mejor de voz que en otras ocasiones, empezó y acabó potente y dominante, quizá con algún altibajo en la fase central del concierto, pero Víctor domina bien los registros y conoce perfectamente sus posibilidades.

Te impactó la potencia de Rosendo en “La canción de la esperanza”; la sentida interpretación de “El abuelo Víctor”, de Serrat; el timbre inconfundible y el vigor de Chus Pedro en varios temas asturianos; la delicadeza sinuosa de Ana Belén; la simpatía y la soltura de Estopa; el leve histrionismo de Miguel Ríos; la delicadeza y a la vez la energía de Pablo Milanés, que con dos brevísimas estrofas originó estruendosas ovaciones del público; contundente el Gran Wyoming; convincente Ismael Serano, y sobre todo el espectacular quejío de Poveda al interpretar Asturias, no en vano el autor es Garfias, compatriota andaluz. Poveda y Víctor Manuel, una interpretación para la memoria.

No te gustaron tanto las mujeres: pasable Rozalén, apagada Soleá Morente y nerviosa (crees) Marisa Valle Roso, que te decepcionó.

Víctor podía haber evitado explícitas reivindicaciones de la memoria histórica. Bien está el recuerdo de los viajes que realizaba a las fosas comunes de Oviedo porque es una experiencia personal ¿tendría diez, doce, catorce años? Siendo así, se entiende mal que cuatro años después dedicara la oda al Generalísimo, que tus amigos te restriegan cuando se alude al mierense. Pensándolo bien, no se comprende mucho. Ciertamente, una sombra que atiza el lenguaje tabernario en el que tan incómodo te sientes, pese a gustarte tanto las tabernas.

2014/09/13

SÁBADO DE NO FONTÁN

El toro burocrático te va a pillar, eso está seguro, pero intentas evitar que te arrolle, te cornee y te deje absolutamente para el arrastre. Por eso motivo fuiste esta mañana de sábado hasta la oficina a echar unas horas y quitar urgencias que solamente en soledad se pueden ventilar.

A la hora del vermut (cualquiera que esta sea) te diriges hacia el Fontán con la esperanza de tomar una botella de sidra y un pincho de picadillo. En el paseo de Álamos están ya instalados los gastropuestos que por segundo año contraprograman a los populares/populacheros chiringuitos. Tienes que reconocer que son muy dignos y demuestran buen gusto, pero no será razón suficiente para que motu proprio te dejes caer por allí. Si alguno de tus amigos decide una incursión no harás un feo e intentarás no mostrar rictus de contrariedad ni amargura.

Mala suerte. No hay sitio a la sombra (casi ni al sol) en El Fontán y no es cuestión de mendigar un toldo durante quince minutos. Este sábado se descarta el pincho de picadillo.

Como alternativa, La Belmontina, desde donde divisas la esquina de la catedral. Te entretiene el juego de los velos de una novia para inmortalizar un reportaje fotográfico.
Allí echas una ojeada a la prensa, que no informa de todo, como apostillarás, pero las redes sociales no son suficientes todavía, o quizá nunca, para una veraz información.

Lees el éxito de Víctor Manuel la noche anterior en el concierto de la Ería. Como se repite esta tarde, tienes entrada, cosas de tu hija, que no rechazas (ni hija ni entrada). A media página, una foto del cantante con discreto traje gris, sin corbata, camiseta blanca (de mi esperanza). Fondo de la foto, verde. A esto quieres llegar. El periódico dedica una página (no enlazable en Internet) a sus canciones Una vida cantada. Cincuenta canciones para cincuenta años de Víctor en la música. Son muchas canciones entrañables: La romería, El abuelo Vítor, Mis recuerdos, El cobarde, María Coraje, La planta 14, Cómicos, Sólo pienso en ti, Soy un corazón tendido al sol, La sirena, Por el camino de Mieres, Desde el Pirulí se ve un país, Nada sabe tan dulce como tu boca, Paxarinos, Quiero abrazarte tanto, Canción para Pilar, Asturias, Todos tenemos un precio, El paisano, Quién puso más, Luna, No serás nunca el flautista de Hamelin, Agua de la fuente clara. Y no se menciona el LP Verde, disco descatalogado con un ramillete de versiones de canciones típicas asturianas. Quedas impresionado por la cantidad de éxitos.

(Ayer viernes tomando una sidra solitaria oíste algo de Víctor Manuel que, si te acuerdas, dará lugar a una entrada sobre el lenguaje tabernario).

Paginas adelante, lees una noticia sesgada: la sentencia por una trifulca dirías que político/tabernaria entre militantes de IU y el PC. Fueron unos hechos barriobajeros y lamentables pero para el periódico lo más destacable fue la participación de Juan Vega, agredido entonces en su calidad de periodista, que posteriormente ocupó cargos en el gobierno casquista de Foro. Dada la guerra a muerte LNE/Foro, parece que lo más destacable es que Vega incitó a la policía por utilizar su cámara de fotos o de vídeo. Sesgo Lamentable. Por cierto, los hechos ocurrieron en 2007. Te gustaría saber dónde se entretuvo el pleito hasta ahora mismo. (Leerías más adelante El Comercio, que da versión más imparcial).

Te adentras después en una polémica sostenida en papel impreso entre el cura de Limanes y sus detractores, entre los que se encuentran los catequistas. Estos días de atrás se publicaron las razones de unos y otros. Hoy sale a la palestra un catequista para aclarar que la polémica nace por la pretensión del cura de expulsar de la catequesis a una niña y que quería que fueran los voluntarios quienes ejecutaran la orden. Te quedas con las ganas de saber qué motivos había para expulsar a la niña. Nadie se atreve a apuntarlo. Quizá las denostadas redes sociales, trilladas y depurada la hojarasca, puedan aclarar algo.

Un interesante artículo (también opaco en Internet) del columnista gijonés Francisco García con el rótulo ‘No apto para el barro’ apunta los motivos del líder socialista playu en la oposición, Santiago Argüelles, profesor universitario, para no encabezar la lista en las próximas municipales. La frase final resume la idea: “Para hacer oposición hace falta mala lecha y mala uva; y a Argüelles no se le conoce la pronunciación de un taco”. Estos días estás leyendo El lobo estepario, de Herman Hesse, y algún pasaje te recuerda la lucha entre el intelectual y el bailarín. Será motivo de comentario en su momento.

Brillante el billete (él mismo lo llama así a veces) de Pedro de Silva sobre los separatismos catalán y escocés.

Ves en las esquelas la de una conocida. Te sorprende porque habías oído que no iba a haber nada. A veces no sabe uno cómo nacen las noticias y los rumores.

Haces otra incursión en una sidrería de confianza donde echas una ojeada a El Comercio y te dedicas a observar al personal. El superactivo, azacanado y sudoroso encargado sube y baja, entre y sale. En un momento, lo ves apurando un cigarrillo en el exterior, dos, tres caladas, no másl.

- ¿Pero prestote?
- Prestome por la vida (con sonrisa de oreya a oreya).

Como tu mujer y tu hija andan de compras y fuiste solo, el jefe, vecino de portal, te obsequia con unas deliciosas empanadillas de queso y mermelada de calabacín, cosecha de la casa, “para Pili, que no pudo venir”.

Al llegar a casa, tu mujer te cuenta que hace unos días andaba tu hija por una sidrería (raro también) e hizo de intérprete para unos americanos y a sugerencia del dueño los convenció para que se quedaran a degustar la fabada de la casa. No hubo ningún bollín de regalo.

Quedas pensando sobre la validez contrapuesta de un dicho y un refrán:

- La palmada en la espalda.
- El refrán “Maninas que no dais, ¿qué esperáis?

Y va siendo la hora de prepararse para acudir al concierto de Víctor Manuel.

UNA CRUZ A ÁNGELES CASO


Un buen amigo te recomienda un artículo de Ángeles Caso. Seguramente no haría falta porque lo acabarías leyendo sin su consejo. Nunca leíste un libro suyo, pero sí todos los artículos de la revista semanal en la que escribe. Ángeles Caso es hábil a la hora de tocar la fibra sensible de las personas, pero le tienes puesta una cruz, aunque no por eso la dejas de leer, como dejaste dicho.

Hace tres años publicó en el semanal de La Nueva España un artículo que llevaba por título La Universidad de Oviedo y sus fastos, en donde se lamentaba de que la Fonseca astur hubiera malgastado sus dineros en obras o suministros que no eran del agrado de la columnista. Por otra parte casi nadie está de acuerdo con los criterios ajenos de gasto. Es comprensible el dolor ocasionado al sufrir su propia madre el desalojo del centro piso que venía ocupando en la centriquísima calle Argüelles, en su condición de viuda de un antiguo rector de la Universidad, pero la escritora se prevalió de la difusión de su pluma para elevar a categoría su dolor familiar y su interés personal.

http://www.unioviedo.es/ate/manuel/varios/Angeles-Caso-Magazine-1-mayo-2011.pdf

Conviene leer la réplica que en otro medio suscribió un miembro del equipo rectoral.

http://www.elcomercio.es/v/20110522/opinionarticulos/fastos-20110522.html

Sabes también cuánto se revolvieron las tripas por este asunto en el departamento del Defensor del Universitario, y no precisamente porque entendieran injusta la decisión patronal.

A los pocos meses, el edificio se declaró en ruina y desde entonces es un solar.¿Qué habría escrito Ángeles Caso si hubiera ocurrido una desgracia?

(¿Cuántas veces en este blog haces lo mismo, aunque peor, que Ángeles Caso? Sin embargo, para ti pides una comprensión y un perdón que a ella le niegas)

2014/09/11

IMPRESIONES DE UNOS DÍAS EN GALICIA

En vez de acudir a las fiestas religiosas o cívicas del Día de Asturias, escapas del terruño y te acoplas a un largo fin de semana en familia. Si por ti fuera, en tu inventario de bienes no se incluiría ninguna maleta. Sin embargo, de vez en cuando te organizan un viaje a la República Dominicana o a Italia o a Galicia mismamente y no te arrepientes.

Galicia es una fiesta artística y gastronómica, pero ¿dónde acudir entre tanta oferta? Tu hija te despejó la duda y te ilustró sobre las últimas tendencias: donde aconseje el Tripadvisor, ese programita (App?) que recoge las valoraciones que espontáneamente (quieres suponer) los usuarios van dejando en el ciberespacio. Antes de tomar un triste vino de Ribeiro o un Albariño, en la misma puerta se comprobaban las calificaciones que voluntariosamente se fueron otorgando a cada chiringuito. ¿Veinticinco valoraciones buenas y una mala? Veamos la mala. Si la crítica se presumía tangencial, adelante.

En Tui/Tuy te sorprendió ver un coche bajo el mismo pórtico de la catedral, igual que en la iglesia de Lugo de Llanera. En el mismo Tui, con cada vino, entonces todavía Ribeiro, dos tapas nada despreciables. Aquello prometía.

En la primera comida, en un cruce como el de Posada de Llanera, no faltaron la empanada ni los pimientos de Padrón, que no llegaron a picar.

En el alto de Santa Trega/Santa Tecla, visita informal al castro. Coincidía con el inicio de una visita guiada, pero el objetivo del viaje no era una inmersión cultural en el sentido libresco de la palabra. Os valió con enteraros de que esa carretera que utilizaste para llegar hasta la cima supuso una destrucción parcial del castro. ¡Qué mala es la civilización!

En La Guardia/A Garda, unas pintureras y coloridas casas junto al puerto.

Tocaba noche en Baiona/Bayona. Las críticas de Internet hablaban de posibles ruidos o molestias nocturnas en el hotel. Pensabais ¿será por los contenedores de vidrio situados frente a la ventana, en el puerto? ¿será por la movida de la calle principal o acaso por la de la calle del interior? No hubo tal. Como lirones. Geográficamente Baiona tiene una orientación favorable para tomas fotográficas de una puesta de sol. Las nubes vespertinas del horizonte marino impidieron que tu hija la pudiera recoger en su cámara. No habría otras oportunidades. Se compensó con unos percebes en un barín arreglado.

Llegas a Pontevedra y estaciones en el aparcamiento situado bajo el mercado. Al subir a los puestos te sorprende no ver listas de precios: se negocia euro a euro. Ese día se celebra una feria medieval en la ciudad y la mayor parte de los vecinos se visten para la ocasión, nada parecido a otras ferias medievales que tienes visto por tu tierra.

De camino hacia Combarro hacéis una parada en el Monasterio de Poio. La visita guiada estaba anunciada para dentro de media hora pero no era un fin de semana de erudición. Destacable el alargado hórreo en desuso.

El aprovechamiento turístico de Combarro te pareció excesivo y agobiante, mejor la segunda o tercera línea de mar.

Noche en Portonovo, donde os había costado encontrar alojamiento como consecuencia seguramente de una concentración motera. Tras consultar el Tripadvisor, cena en una taberna de la ruta de los vinos. La cuenta no llegó a los veintinueve euros para tres e incluía una deliciosa zorza. No pongamos reparos a la falta de mantel, a donde fueres haz lo que vieres. Tu hija hizo una exhibición ante el atónito camarero al pelar unas gambas con tenedor y cuchillo.

El hotel era caro y siniestro. El amabilísimo empleado se movía con agilidad con dos muletas bajo las axilas, pero no os pudisteis quitar de la cabeza que allí podía rodar Hitchcock sin mayores atrezzos añadidos.

A partir de Cambados os pasasteis definitivamente al afrutado Albariño. La cuenta de una docena de ostras con tres vinos ascendió a trece euros e incluyó una tapita de garbanzos con callos y una porción de empanada más que curiosa. Por suerte no había báscula en las proximidades.

A O Grove fuisteis exclusivamente a comer una mariscada, y cayó. Casi todo a la parrilla. La verdad es que por el marisco cocido no das un duro. Se empeñó en pagar tu hija. Pase.

En La Toja/A Toxa, lo que hay que ver en La Toja. Lo más destacable el ruido de fondo de la conversación de café, donde un militar asturiano a tu espalda, exhortaba a sus amigos sobre los valores de la integridad, la dignidad y el necesario apoyo de los mandos a los suyos. Mientras se prolongaba la conversación te entretuviste en adivinar, sin ningún éxito, cómo serían sus facciones.

Una parada obligatoria en La Lanzada para recordar el paraje donde pasasteis una semana de vacaciones hace unos veinticinco años. El recuerdo, para siempre ventoso aunque nunca más vuelva a moverse una hoja en La Lanzada.
Noche en Sanxenxo/Sanjenjo. Supera las expectativas. La bañera, con hidromasaje, pero nadie la había pedido. Un exceso. En tu casa hay una de serie. Se utilizó una vez. Los bordes altos, nada útiles según uno va entrando en años. Inversiones absurdas de cara a la galería. Nuevamente zorza y navajas. Como los de la mesa contigua miraban de reojo para la zorza preguntándose qué sería eso, tú hija les dio un trozo a probar. Resultaron ser de Sotrondio y casi quedamos para las fiestas.

En Santiago, que el santo te lo perdone, como te perdiste de los tuyos en la catedral, saliste a tomar un Ribeiro mientras tu santa y tu hija hacían cola para abrazar al señor Santiago. Nuevamente un buen gajo de empanada. ¡Virgen Santa!. También entraste a ver el rectorado, con toda la información en gallego, como en el resto de instituciones públicas. Sin embargo, cuando interesa vender pisos, enseres o viandas, en castellano para que lo entienda todo el mundo.

Por esos santos caminos ibas encontrando pueblos y asociando apellidos de futbolistas, jueces, sindicalistas o amigos ubicados en tu tierra: Bouza, Lagares, Couto, Castro, Pazos, Campelo, Santiso; o el Barrantes de Torrente Ballester.

Parada en Foz para descansar y a casita.





2014/09/03

GUASAP

Estas a punto de mandar el primer guasap, pero antes de pulsar la pantalla táctil para el envío fatal y primerizo necesitas prepararte y meditar como si te presentaras al examen de ingreso.

Por dudas de tarifas y por evitar el engorro de andar con dos móviles, particular y de empresa, te resististe hasta que 1/ tecnológicamente es posible concentrarlo todo en un único aparato, 2/ te llevaron de la mano hasta una oferta comercial interesante, 3/ estabas a punto de quedar aislado del mundo (ah, ¿pero no tienes guasap?).

Quisieras evitar el ansia de los primeros tiempos de Internet de navegar sin son ni rumbo, de correos electrónicos masivos, de reenvío indiscriminado de bromas y montajes manidos. Te gustaría no cometer tropezones solo esperables en el hombre-burro. Querrías una entrada discreta en ese mundo increíble, de puntillas, sin fiestas de acogida, pero no acabas de ver la fórmula.

MIRAD, ESTAS PAREDES...

Das una vuelta vespertina por El Fontán con la intención, fallida, de sentarte un rato en la terraza que da a la Plazuela de Daoíz y Velarde. Si vas por la mañana, la prefieres a la plaza interior, pero no descartas esta. Por la tarde, salvo que vayas en compañía, si no hay mesa en la exterior, descartas la interior. Por abrumadora mayoría prefieres estar de pie a sentarte en mesas o terrazas, ahí no. ¿Manías? Vale. Fallida dijiste con razón, porque no había sitio, así que te encaminaste hacia casa, te encaminaste pero no fuiste directo porque también Dios escribe derecha la historia con renglones torcidos.

Al pasar delante de la catedral ves a unos niños jugando a la pelota contra la pared de la iglesia de San Tirso. Miras sin éxito por el entorno por si ves a padres o cuidadores. Al instante pasa una pareja madura. Él se dirige a los niños y señalando los muros, dice:

- Mirad, esas paredes…

No oyes más porque estás a una prudente distancia y te mantienes alejado. Temiste que salieran los padres como energúmenos. Tampoco. La advertencia o quizá admonición no llegaría a un minuto. Los adultos se fueron. Los niños quedaron parados, más él, porque ella no tardó en correr hacia el interior de la plaza, quizá para dar novedades a los mayores, que piensas que estarían en una furgoneta, base logística para el montaje de ¿unos juegos al aire libre? ostentosamente patrocinados por Coca Cola.

A los dos minutos te alejaste. Antes lo había hecho la pareja cívica. Los niños reanudaron el juego con brío.